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Por Alberto Velázquez López y Ada Bertha Frómeta Fernández

Recepción martiana

PEDRO VERDECIE PÉREZ: MAESTRO MARTIANO

PEDRO VERDECIE PÉREZ: MAESTRO MARTIANO Conferencia presentada en Homenaje a Pedro Verdecie Pérez en la Feria del Libro en Las Tunas, 6 de marzo de 2009.
Ante el Dr. Pedro Osmundo Verdecie Pérez, estamos en el deber de exaltar sus aportes a la vida socio-cultural de la ciudad de Las Tunas, ciudad que lo acoge como uno de sus hijos más ilustres por su conducta ejemplar e intransigente: abogado, periodista, maestro, político y trabajador social.
Nació el 4 de diciembre de 1918 en el lugar conocido por Santa Lucía, en el actual territorio Rafael Freire en la provincia de Holguín, siendo el primer hijo de Pedro Verdecie Muir y Cristina Pérez Santiesteban, quienes tuvieron 6 hijos.
El padre era trabajador azucarero. Se muda la familia para el poblado de Victoria de las Tunas en 1923. El traslado del lugar de residencia estuvo motivado por desavenencias de Don Pedro con la Empresa Santa Lucía Sugar Company después de haber trabajado varios años en ella. En la nueva residencia establece una bodega y por disgusto de su socio, ya que fiaba demasiado abandona esta labor para abrir un taller de estribos donde laboraba toda la familia.
Pedrito, cursó estudios hasta el quinto grado en diferentes escuelas de la ciudad donde sus maestros lograron despertar su labor intelectual. Estando en cuarto grado leyó muchos de los libros de la biblioteca particular de su maestra Celsa Bello Salgado, entre los libros estaba Historia Natural del alemán Claus. Por orientación de esta maestra en 1931 participó en el Concurso Anual de Historia auspiciado por el Gobierno Provincial de Oriente. Obtuvo premio, pero nunca lo recibió. Fueron tan buenas las relaciones entre la maestra y él, que ella antes de morir entregó su autobiografía al alumno.
Ante el asesinato del estudiante revolucionario Rafael Trejo, el 30 de septiembre de 1930, participó en la primera manifestación del estudiantado tunero conocida como La Tángana, realizada en la Escuela Pública Intermedia, donde se rompieron fotos del tirano Gerardo Machado, reglas, pupitres y tuvo que intervenir la policía.
Pedro desde su niñez manifestó poseer una actitud revolucionaria, de lucha contra las injusticias, las tiranías, el imperialismo y los males sociales. Utiliza como arma de lucha el ideario martiano; que estudia, divulga y enseña durante toda su existencia.
Su afición por la literatura la revela en 1930 con varios escritos en poesía, ensayos y cuentos que nunca se publicaron y que se conservan, entre ellos el siguiente:
Adelantes camaradas.
Ya el sol sube por el horizonte
Marchemos, desafiemos.
A el tronar de los cañones
A el silbar de las balas.
Desafiemos a los tiranos
Que hace tiempo nos oprimen,
!Adelante! siempre nosotros
diremos así, nuestra patria
Gime ya !Adelante compañeros!
Ya es tiempo de libertarla,
Y de que los tiranos mueran…
Nótese como este niño de 12 años ha tomado conciencia del problema nacional y la forma en que lo refleja en el escrito, en ello tuvo que ver los percances por los que pasó la familia, pero además hay que tener presente la situación existente en Cuba en esos años, aunque lo más importante es cómo él la comprende y la solución que propone en este himno.
En las escuelas de la ciudad solo se impartía hasta el quinto grado y al no tener la familia recursos para costear los estudios en otras ciudades, el repitió el grado, posteriormente estudió de forma autodidacta inglés y mecanografía.
En 1934 Fundó junto a otros jóvenes el Patronato Pro Escuela Primaria Superior que no tuvo éxito por la reacción del gobierno de Fulgencio Batista.
En 1935 integró una de las células de La Joven Cuba radicada en la ciudad de Victoria de Las Tunas, la que en unión de otras de la zona oriental organizó una salida hacia México con el objetivo de realizar una expedición a Cuba. Fueron descubiertos y aunque a Pedro no se le permitió formar parte de la expedición, por ser menor de edad, fue detenido con el resto de sus compañeros, cumpliendo prisión por dos meses en cárceles de Tunas y Santiago de Cuba, en el Cuartel Moncada y en el Vivac Municipal tunero. Todo el proceso se registró en la causa # 83/ 1936 del Tribunal de Urgencia de Santiago de Cuba.
Cuenta Pedro que al llegar a Las Tunas el pueblo les dio un gran recibimiento. En sus memorias plantea:
"Estas semanas de prisión me fueron útiles y dolorosas al mismo tiempo. Me sentí orgulloso de lo que había hecho y estaba haciendo, y todavía mantengo dicho orgullo. Me llenó de odio hacia las tiranías y las injusticias y llenó mi corazón de ternura y afán de sacrificio por las causas justas y nobles". (Pp. 3 y 4)
Es en esta prisión cuando por primera vez entra en contacto con el ideario de José Martí a través del libro Martí el Apóstol de Jorge Mañach.
En 1938 ingresó a la Logia Juvenil Soles de Hiram auspiciada por la Logia Masónica Hijos de Hiram. Aquí logra el grado 32 dentro de la orden.
En 1939 siendo estudiante del Bachillerato se inició en el magisterio en el colegio privado "Panchín Varona", posteriormente trabajó durante cinco cursos, hasta 1946, en el Colegio "Victoria de Las Tunas" donde impartía Economía Política, Introducción a la Filosofía, entre otras asignaturas.
En 1938 ingresó en el Instituto de Segunda Enseñanza de Holguín en la modalidad de estudios libres, haciendo los cuatro años en dos. En 1940 obtiene el título de Bachiller en Ciencias y Letras.
Durante estos años de bachillerato fundó la Unión Estudiantil de Tunas, la precursora de la Biblioteca Pública y también ingresó en la Casa de la Cultura donde desarrolló actividades en pro de la República Española.
En octubre y noviembre de 1939 fue el director del periódico Mensual, que solo circuló estos dos meses y era el órgano de la Unión Estudiantil de Tunas, organización que agrupaba a los estudiantes de las escuelas públicas y Pedro era el secretario de la organización.
Esta publicación tuvo como objetivos la fundación de la primera Biblioteca Pública, inauguración de la Cátedra Popular y unir al estudiantado en lucha por sus demandas, su lema era "Por la cultura y el progreso".
"Cultura. Del intelecto, del sentimiento, del carácter: de la vida. Este es el derrotero, no importa si abrupto, para recrearse en las nuevas auroras. La conquista de los derechos conculcados, el cumplimiento estricto del deber, en una palabra: la dignificación humana, son los medios que proporciona la cultura: especie vital y potencia inconmensurable." (Nuestros Propósitos. P. 2)
Nótese el ánimo martiano en el planteamiento, así también las necesidades libertarias de la época; la libertad espiritual es lo fundamental.
En los demás artículos se hace referencia respetuosa y comprometida al papel de los estudiantes en la unidad y solución de los problemas.
Recuérdese el texto "Tres Héroes" que aparece en La Edad de Oro de José Martí a través del siguiente llamado:
"La juventud tunera ha de demostrar lo que es !O se une en apretado haz o se hace cómplice del crimen que se comete con el derecho de los pueblos de ser cultos! (Editorial, P. 3)
En otro escrito se hace una profunda crítica al analfabetismo existente en el territorio y al atraso que posee en relación a otras zonas de la región oriental, fundamentalmente en cuanto a las escuelas necesarias y la poca cantidad de graduados universitarios.
"Hoy Tunas tiene treinta estudiantes universitarios y un número mayor del bachillerato, que son un exponente del progreso de este pueblo, al cual se le tachaba por su desidia y falta de deseos de aprender, cuando lo que había era impotencia económica de estudiar en el lejano Santiago". (P. 9)
Anteriormente en el artículo se refirió a cómo en más de 30 años de república solo se había graduado de la Universidad un tunero, por suerte en la especialidad de Agronomía, para un territorio eminentemente agropecuario.
Los realizadores de Mensual reflejaron su relación con otras organizaciones estudiantiles del país, y así lo manifiestan con la Federación Estudiantil Universitaria y la celebración del Congreso Nacional de Estudiantes. De este congreso se publica el temario completo, contenido en 21 aspectos.
En 1940 en el Colegio Victoria de las Tunas se inauguró la Biblioteca Pública Cucalambé que tuvo una vida muy corta.
Desde el 23 de abril al 10 de julio del 41 Verdecie redactó 48 editoriales para la Emisora Local, CMKJ donde divulgó temas históricos, políticos y culturales.
En el año 1942, el 7 de diciembre, se funda la primera Cátedra de Estudios Martianos en Las Tunas. Pedro, que era profesor de octavo grado del Colegio Victoria de Las Tunas, redacta el discurso inaugural y a partir de aquí se dedica a promover conversatorios martianos y otros tipos de actividades para que los jóvenes conocieran al Apóstol. Uno de los aspectos que facilitaba este trabajo era la existencia en la Biblioteca Pública de las obras del Martí, pues en esos años, cada tomo de las obras martianas tenía el alto costo de 25 pesos.
Por cursos libres estudió en la Universidad de La Habana graduándose de doctor en Derecho el 22 de febrero de 1946 y de notario público el 10 de julio de 1956.
En 1944 Toma posesión el Alcalde Municipal José Hernández Cruz quien designa a Pedro Verdecie Pérez como Contador Municipal. Al año siguiente Secretario de la Administración Municipal, cargo que ocupó hasta 1952. Se retoma la iniciativa de Pedro sobre la fundación de la biblioteca.
Entre el 46 y el 47 a raíz de un artículo publicado en el periódico local La Lucha, dado por la aceptación popular desarrolló una campaña para poblar de árboles la ciudad y con ello dio vida al ya establecido Día del Árbol.
El 20 de diciembre de 1947 contrajo matrimonio con Olga Cruz Leyva, hija de colonos y graduada de Filosofía y Letras en la Universidad de La Habana. El día escogido para el casorio coincide la fecha del matrimonio de Martí y Carmen Zayas Bazán.
Pedro está presente en todo el acontecer político y cultural de la ciudad, publicando artículos en varios periódicos y ya es considerado como una de las personalidades más importante de la vida socio-cultural tunera. Así lo refleja el Cuadro de Honor publicado en la edición de Las Tunas de Ayer y de Hoy, en 1950.
Es fundador del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo) ocupando cargos en el municipio y fue delegado a la Asamblea Nacional de 1950, donde conoció a Fidel Castro y fue capaz de comprender la intransigencia revolucionaria de aquel joven. . Ante su decepción por las elecciones del partido en 1951 renuncia a sus cargos partidistas, aunque no se separa del mismo.
El 28 de enero de 1951 se inauguró la Biblioteca Pública José Martí y Pedro es designado director y como bibliotecario al tabaquero jubilado Manuel Medina, persona muy culta.
Verdecie fue fundador en 1951 de la Asociación de Periodistas, donde se aglutinaban los miembros de la Asociación de Prensa Radial y Escrita y el Círculo de Periodistas. Este mismo año, el 10 de julio del 51 fundó Pro Arte junto a otros jóvenes, organización dedicada a promover las producciones artísticas del territorio y de la nación, con el fin de desarrollar la cultura del pueblo tunero. En 1952, en la celebración del primer aniversario estuvo Harold Gramatges, quien llega a ser una de las figuras más importantes de la música cubana y Premio Iberoamericano de la Música.
Con el golpe de Estado de Fulgencio Batista en 1952 el gobierno Municipal Ortodoxo fue expulsado del poder y la biblioteca prácticamente desapareció.
Publica su folleto Bandera e imprenta. No banderita: bandera, en 1951. Según consta en el libro Pedro Verdecie Pérez fue Laureado con la Medalla del Centenario de la Bandera Cubana.
El libro consta de dos partes; una dedicada a rendir homenaje a la bandera cubana en su centenario, así como a la coincidencia con la introducción de la imprenta en Tunas por Don José A. Mercader Durán y la publicación del primer libro del terruño. Flores del Alma de Don Manuel A. Nápoles.
En la nota final del primer escrito manifiesta una vez más su patriotismo cuando planteó:
"… Unidos Cultura y Libertad, integraremos una cabal nacionalidad y nuestra República alcanzará, definitivamente, la realización de los grandes destinos que le están deparados por la geografía y la historia, con hombres bien hombres y mujeres bien mujeres, y donde, como dijera Martí el culto a la dignidad plena del hombre sea el primero de los deberes del cubano." (P. 12)
Este artículo fue publicado antes en la edición extraordinaria de Navidad de El Veterano en 1950.
El segundo escrito contenido en el folleto No banderita ¡Bandera! y que había sido publicado en 1950 en el periódico La Lucha, el autor rinde culto a nuestra enseña nacional y a las concepciones martianas al respecto.
Desde 1952 funda junto a otras personas el Patronato Pro Escuela Profesional de Comercio y en él laboró hasta el 60. Aquí también fue titular en Economía y Comercio Nacional y Extranjero, sustituyendo en Geografía Económica e Historia del Comercio. Durante estos años de trabajo no recibió un centavo ya que el colectivo pedagógico no contaba con un fondo y solo los impulsaba el deseo de desarrollar la ciudad.
A raíz de los festejos por el Centenario del Natalicio de José Martí el Colegio Nacional de Abogados convoca a un concurso donde Verdecie obtiene accésit con su trabajo El pensamiento jurídico de José Martí. Este trabajo se publicó por la Casa Gallardo Impresores de Las Tunas en 1954.
El prefacio fue escrito por destacado historiador Emeterio S. Santovenia y en el primer párrafo planteó:
"El doctor Pedro Verdecie Pérez es un cultor avisado de la memoria de Martí. Esta actividad suya se manifiesta en ideas y hechos. Desde Victoria de las Tunas irradia magníficas lecciones cívicas y morales. El ejemplo que da él edifica y perdura."
Lo más curioso de esta evaluación es que al revisar la prensa de la época pre y post revolucionaria siempre que se han emitidos criterios acerca de Pedro coinciden en que es un hombre de bien moral y martiano, muy dedicado a su trabajo.
El triunfo de la Revolución lo sorprende en La Habana donde estaba refugiado por su actividad revolucionaria y regresa a Las Tunas el 13 de enero y es nombrado Abogado Consultor Honorario y Delegado ante la Secretaría de la Administración Municipal.
Fue el iniciador del Cursillo de Capacitación Técnica de los empleados municipales de Victoria de Las Tunas en 1960, impartiendo las asignaturas de Derecho Constitucional y Principios de Economía Política.
En marzo de este año ingresa en las Milicias Nacionales Revolucionarias donde realizó diferentes trabajos como parte del pueblo. En 1961 se integró en la Campaña de Alfabetización. Participó en el Congreso Nacional para organizarla, siendo el primer Secretario del Consejo Municipal de Educación y de la Comisión Técnica de la Alfabetización.
Es delegado al Primer Congreso de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba y al Primer Congreso Nacional de Cultura en 1961.
Durante este año escribe y realiza diferentes programas para la emisora local CMKT:
- Programas varios: 7
- Historia de la patria: 28
- Programas especiales: 31
- Comentarios sobre libros: 101
- Cultura Para el Pueblo: 33
Redactaba un programa que salía de lunes a sábado titulado "El Municipio Informa" que existió desde el 2 de noviembre de 1959 hasta el 23 de enero del 61 y que se trasmitía por las tres emisoras de radio que habían en la localidad. Eran informaciones del Gobierno Municipal y otras. Siempre comenzaba los programas con pensamientos de José Martí.
El Gobierno Revolucionario designa a Verdecie Pérez la reorganización de la biblioteca que él fundó, creando las plantillas y cursos para los empleados, en 1962 se designa un local propio a la institución y el 28 de enero de 1963 el lugar que ocupa en la actualidad.
Fue designado nuevamente profesor de Economía Política del Instituto de Administración y Comercio y director de la Escuela de Secretariado. Al siguiente curso ocupó la dirección de Instituto, donde laboró por mucho tiempo y ocupó diferentes responsabilidades que compartía con otras actividades de corte cultural, relacionadas con la divulgación del ideario martiano y el trabajo con niños y obreros.
En 1970 Obtiene la Medalla y Condecoración Frank País por contar con más de 25 años de servicios en la docencia.
Por los resultados de su trabajo en los diferentes aspectos de la vida cultural y ser Maestro Destacado estuvo en la tribuna con Fidel Castro en el Acto por el Centenario del 10 de Octubre de 1868.
Participó en el Primer Congreso Nacional de Educación y Cultura realizado en 1971, congreso histórico por la importancia de las temáticas debatidas y su papel para el posterior desarrollo de la Revolución cubana.
En 1974 fue fundador de la Educación Superior en Las Tunas, impartió la asignatura de Economía Política en la Unidad Docente creada por la Universidad de Oriente en el territorio.
La década del 80 lo sorprendió ejerciendo el magisterio en su Instituto de Economía y realizando otras labores sociales de corte cultural, apoyando al Poder Popular y al Partido en las investigaciones históricas, a la vez que publicaba periódicamente artículos en la prensa local y asesoraba los Seminarios de Estudios Martianos, del que es fundador y participa como jurado. También forma parte del Grupo Provincial de Estudios Martianos.
En 1989 se acogió a la jubilación, dedicándose desde entonces al trabajo de investigación histórica y la atención a Círculos de Interés, e impartiendo conferencias en centros educacionales y de trabajo.
Obtiene el Premio Nacional que otorgó la CTC en 1992 con su ponencia "Martí y los trabajadores".
Dentro de las actividades por el centenario de la caída en combate de José Martí, Pedro no solo participó en muchas actividades, sino que también fue reconocido por las autoridades locales y la población en general. Dentro de estos reconocimientos se cuenta la Condición "Martiano de Nuestro Tiempo" otorgada por la Cátedra Martiana del Centro Universitario de Las Tunas, cátedra de la que él es fundador y donde desarrolló múltiples actividades con los estudiantes y profesores.
A raíz de la celebración del Bicentenario de la Ciudad de Las Tunas en 1996, se reconoce como uno de los hijos que más han aportado a la cultura local, al ya declarado Hijo Ilustre de la Ciudad.
Entre los múltiples reconocimientos recibidos por su destacadísima labor como promotor cultural, periodista, abogado y educador se encuentran:
- Orden Frank País, por más de 25 años de maestro. 1970
- Distinción Enrique Hart. 25 años de trabajo en el sector de la administración pública.
- Sello Conmemorativo por los 20 años de vigilancia revolucionaria.
- Distinción 28 de Septiembre.
- Sello conmemorativo por el 30 aniversario de la fundación del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Administración Pública. 1991
- Placa Conmemorativa de la Jornada Cucalambeana por su apoyo al desarrollo de la cultura tunera.
- Medalla de la Alfabetización.
- Placa Conmemorativa por el Centenario del asesinato de Vicente García.
- Distinción Félix Elmusa, máxima condecoración que concede la UPEC.
Los sellos por los 25 y 30 años de la Educación Superior en Las Tunas.
Pedro Verdecie Pérez fue Miembro de Honor de la Asociación de Pedagogos de Cuba y de Unión de Periodistas de Cuba, así también miembro de La Sociedad de Juristas de Cuba, de la Sociedad de Historiadores de Cuba y de la Sociedad Cultural José Martí.
Mientras tuvo salud no hubo evento científico, peña cultural o política, donde no estuviera Pedro Verdecie Pérez. Siempre dispuesto a prestar sus conocimientos, históricos y culturales a estudiantes, trabajadores e investigadores que a su casa llegamos, poniendo a disposición su archivo personal, sus enseñanzas y amor a la sabiduría, haciendo gala de su condición de maestro martiano.
En Pedro Verdecie Pérez se encierran los valores patrióticos y éticos que caracterizan al tunero revolucionario. Como maestro mantuvo una labor constante encaminada a divulgar y enseñar el ideario de José Martí, a la vez que asumió una posición martiana ante su quehacer cotidiano y para ello utilizó todos los medios disponibles; la prensa, la radio, el aula, los museos, bibliotecas, centros de trabajo y tribunas públicas.
Lo que más llamó la atención en las valoraciones realizadas acerca de la personalidad de Verdecie Pérez fue su devoción al fomento de lo mejor de la cultura, la historia tunera y nacional, así como sus concepciones acerca del trabajo y deber hacia los humildes y explotados.
Los tuneros agradecemos a Pedrito, -como familiarmente le llamamos- al exponente del autodidactismo, todos los aportes realizados: la biblioteca, el Instituto de Economía, los estudios martianos y de la historia local, su periodismo, su acción política y en especial su martiano magisterio.
Pedro Verdecie Pérez fallece a la edad de 89 años el 10 de enero del 2008, su ciudad le rinde honores porque honores merece este intelectual que ha pretendido liberar a nuestro pueblo desde la cultura, por ser seguidor del pensamiento de José Martí que nos orienta: "Ser cultos para ser libres."

BIBLIOGRAFÍA:
-. Verdecie Pérez, Pedro O.: Archivo personal.
-. ----------- Bandera e Imprenta. No Banderita; Bandera! Editora Moderna. Las Tunas, 1951.
-. ----------- Agramonte en Martí. Discurso. Enero de 1951.
-. ----------- El Pensamiento Jurídico de José Martí. Casa Gallardo Impresores, Las Tunas, 1954
-. ----------- Mensual. Periódico de la Unión de Estudiantes Tuneros. Las Tunas, # 1 y 2. Octubre y noviembre, 1939.
-. ----------- Ismaelillo. Patria, Órgano de los antiguos estudiantes del Seminario de Estudios Martianos de La Habana. La Habana, 1957
-. ----------- La divulgación popular del Derecho Notarial y su orientación vocacional. En Revista Jurídica # 7, abril-junio, año III. 1985

PRESENCIA DE JOSÉ MARTÍ EN LA UNIVERSIDAD CUBANA

 

Ada Bertha Frómeta Fernández

Alberto Velázquez López

(Publicado en Revista Honda, Sociedad Cultural José Martí, no. 22, Ciudad de La Habana, 2008)

En el pensamiento educacional martiano hay varias expresiones sobre las universidades, principalmente sus ideas de cómo debían ser en América Latina. Comprende que nuestros pueblos requieren de nuevas universidades pues la independencia y progreso de la región estaba en manos de hombres cultos y solidarios, hombres de su tiempo, no de tecnócratas atrofiados por los libros importados, de ahí que: “[...] En nuestros países ha de hacerse una revolución radical en la educación, si no se les quiere ver siempre, como aún se ve ahora a algunos, irregulares, atrofiados y deformes, como el monstruo de Horacio: colosal la cabeza, inmenso el corazón, arrastrando los pies flojos, secos y casi en hueso los brazos [...] [1]

Según Martí, evitar el divorcio entre la formación técnica y la espiritualidad es misión esencial de los sistemas educacionales. La principal tarea de la educación siguiendo el legado de José de la Luz es sembrar hombres: “Lo que estamos haciendo son abogados, y médicos, y clérigos, y comerciantes; pero ¿dónde están los hombres? [...]”[2] El modelo educacional que nos propone es esencialmente sociocultural: el individuo tiene la responsabilidad de servir a la sociedad que le da origen.

En Cuba, bajo la ocupación norteamericana la enseñanza universitaria se reorganiza con la estructura técnica y administrativa a usanza del modelo interventor con el objetivo de establecer los hábitos del modo de vida norteamericano y así dominar también culturalmente a través del desmontaje de la identidad nacional. Aunque planteaban el propósito de llevar a vías de hecho el ideario pedagógico martiano, ello significaba suplir a José de la Luz y Caballero que era el maestro más popular entre los cubanos. Cierto es que los ideales martianos son más avanzados, pero la razón estaba en los objetivos ideológicos de los interventores y que se garantizaban con una educación orientada hacia la creación de nuevos símbolos. Fue la práctica educativa y la profundización de los estudios realizados por personas honestas lo que garantizó, que Martí fuera rescatado en su verdadera dimensión.

Las indagaciones sobre la presencia martiana en la universidad exigen un arduo trabajo de búsqueda de información en la prensa, archivos y las tendencias de las investigaciones publicadas, así la labor de intelectuales y educadores, lo que requiere de un movimiento investigativo pormenorizado, teniendo en cuenta las contradicciones propias del proceso de asimilación de pensamiento, inmersos en las transformaciones de la sociedad cubana y las luchas ideológicas propias de la época.

Entre las evidencias de la presencia del pensamiento martiano en la universidad cubana en los primeros años del siglo XX, lo constituye el libro de Medardo Vitier, Martí, su obra política y literaria, publicado en 1911 por la Imprenta La Pluma de Oro, de Matanzas y según consta en el texto fue premio del Colegio de Abogados de La Habana. No hemos encontrado otra referencia anterior, sí que el concurso se mantuvo. En el año del centenario del natalito del Apóstol lo obtiene Leopoldo Borrego Estuch y los accésit Eloy G. Meriño Brito y  el tunero Pedro Verdecie Pérez con el trabajo con El pensamiento jurídico de José Martí, texto que es un clásico en los estudios de esta arista. Max Enrique Ureña logra la mención honorífica.

Julio Antonio Mella (1903-1929) desarrolla en 1923 el Congreso Universitario en el que llama al estudio de la vida y obra del Apóstol, a una campaña de alfabetización, y crea la Universidad Popular José Martí, siendo el tributo digno de la juventud cubana al Maestro.

En la década del 30, debido a la situación revolucionaria, se produce un realce de la presencia de José Martí en la vida nacional, encabezado por los representantes de la intelectualidad más revolucionaria, progresista y antimperialista. Entre ellos, Enrique José Varona, Rubén Martínez Villena, Pablo de la Torriente-Brau, Raúl Roa, Nicolás Guillén, José Antonio Portuondo, Angel I. Augier, Leonardo Griñán Peralta, Sergio Aguirre, Antonio Martínez Bello, Alejandro Vergara, Juan Marinello, Medardo Vitier y otros, que contribuyeron a sacar a la luz el pensamiento radical de Martí.

Como consecuencia del fracaso de la Revolución del 33 y por el papel que desempeñan la intelectualidad y los sectores más cultos y progresistas de la sociedad cubana, entre ellos los estudiantes, se desarrolla todo un movimiento de divulgación del ideario del Maestro, donde la Universidad ocupa un papel protagónico. No sólo aporta líderes revolucionarios, martianos por esencia, sino que también utiliza medios como la radio para divulgar, entre otros temas, el ideario del Apóstol a través de la transmisión de los programas "La Universidad del Aire",  y se publicaron folletos con las intervenciones.

En 1941 Félix Lizaso llama a crear la Cátedra José Martí, pero que fuera dirigida por la Biblioteca José Martí, que aún no se había construido, toma como modelo la Cátedra Alejandro Korn del Colegio Libre de Estudios Superiores de Buenos Aires que se dedicaba al estudio de la filosofía.

En la Universidad de La Habana se inaugura el Seminario Martiano el 17 de noviembre de 1941, con el propósito de divulgar y promover un culto consciente al Apóstol. El 13 de mayo de 1942 se hizo la clausura del primer curso y se entregaron los premios. El Seminario, dirigido por Gonzalo de Quesada y Miranda, alcanzó cada vez mayor amplitud. Reconocido oficialmente por la Facultad de Filosofía y Letras el 11 de octubre de 1946, se ofrecían a través de programas teórico-prácticos, cursos para mayores de 17 años y para diferentes niveles de enseñanza. Hubo carreras como Periodismo y Filosofía que exigían a sus estudiantes cursar el Seminario de forma obligatoria, reglamento que desaparece con la Reforma Universitaria de 1962.

El 19 de mayo de 1942 en los jardines del edificio hoy Ignacio Agramonte de la Facultad de Derecho, se devela un busto del Apóstol. El acto fue organizado por el Comité Estudiantil Universitario de Ayuda a las Democracias.

En este mismo año en la Escuela de Verano de la universidad se inicia un ciclo de conferencias sobre José Martí, impartido por el doctor Federico de Córdova, que trata temas como Martí idealista, escritor, orador, americanista, en sí cinco conferencias durante el mes de agosto.

En diciembre se realiza la segunda Fiesta Martiana organizada por la Asociación Universitaria José Martí, en el programa se destacan ponencias sobre el amor en la política de Martí. Esta asociación va a desempeñar un importante papel en la organización de actividades en homenaje a Martí durante la década del cuarenta, principalmente por el 18 de enero y el 19 de mayo, siendo el Aula Magna el sitio recurrido.

En 1947, en la ciudad de Santiago de Cuba se funda la Universidad de Oriente cuyo lema central lo constituye el principio "Ciencia y conciencia" que de hecho se constituye un compromiso para la educación cubana y martiana.

Es el 27 de enero de 1950 cuando se inaugura, en el Aula Magna, la Cátedra Martiana de la Universidad de La Habana, que entre sus objetivos tiene: "[...] mantener siempre viva ante la conciencia universitaria y la patria la vida y obra del Apóstol [...] además, […] presentar valorativamente algún aspecto particular del rico y gigantesco espíritu martiano".[3]

El Rector de la Universidad designó una comisión organizadora integrada por los doctores Salvador Massip, Elías Estralgo, Raimundo Lazo, Jorge Mañach y Gonzalo de Quesada Miranda. Se le encomendó el primer curso al profesor Raimundo Lazo. Estas cátedras no eran permanentes y correspondía al responsable de cada etapa impartir los cursos que considerara pertinente.

El 28 de enero de 1952, se inaugura en los terrenos donde se encontraban los restos de la antigua Cantera de San Lázaro, el Museo José Martí, al que se le da el nombre de Fragua Martiana como iniciativa de la Asociación de Antiguos Alumnos del Seminario Martiano y que a la vez eran los propietarios del lugar. Al triunfar la Revolución pasó a formar parte del patrimonio de la Universidad de La Habana.

En la docencia universitaria no nos encontramos la existencia de un programa para la enseñanza del ideario martiano como una asignatura, era tratado como parte de los contenidos en Historia y Literatura. Donde se lograba mayor amplitud y profundidad en los estudios y debates era en el trabajo de la Cátedra Martiana y en los seminarios.

La labor martiana en las universidades unió a estudiantes, profesores e intelectuales en el estudio del pensamiento martiano lo que contribuyó a la profundización de la conciencia nacional,  a la unidad de las fuerzas revolucionarias, a la formación de líderes que lucharon por la materialización de los ideales martianos. No hubo programa político, de organización o movimiento progresista en el cual no estuvieran presentes estos ideales y, por otra parte, los estudiantes universitarios escribieron heroicas páginas de lucha, tanto en la defensa de sus intereses, como en el apoyo a las demandas de los sectores oprimidos y progresistas.

El Asalto al Cuartel Moncada establece un nuevo carácter en esta etapa; sus participantes proclamaron no dejar morir al Apóstol en el año de su centenario. El alegato La Historia me Absolverá constituye el documento más martiano que se escribiera durante toda la neocolonia. Fidel recurre en varias ocasiones al legado del Apóstol, a la vez, la interpretación que hace de la realidad cubana y mundial y, sobre todo, la solución que propone al problema nacional está basada en el ideario martiano.

Con el triunfo de la Revolución el Primero de enero de 1959, la divulgación, estudio y realización de los ideales del Maestro en las universidades asume una nueva dimensión. Está en el programa de la Revolución materializar las aspiraciones del Apóstol y desarrollarlas en correspondencia con las necesidades y posibilidades del momento. Con lo que se inicia la sistematización del ideario del Maestro en la realización concreta de las tareas revolucionarias.

A partir de 1960 se inicia el proceso de universalización de la Educación Superior, con gratuidad de estudio, un amplio sistema de becas para los hijos de los campesinos y obreros, cursos de nivelación y para trabajadores.

En estos años se introduce el estudio del ideario de José Martí dentro de las carreras de ciencias sociales y humanísticas, fundamentalmente en las asignaturas Historia e Historia de la Pedagogía, en el caso de esta última que anteriormente solo se estudiaba en las escuelas de maestros normalistas.

Al incorporarse el acervo cultural más avanzado de los años 60 y 70 del mundo, se asumen acríticamente concepciones soviéticas que limitaron el estudio del pensamiento cubano y en especial el de José Martí.

El establecimiento de la enseñanza del Marxismo-leninismo a partir de 1975, limitó la enseñanza del ideario martiano en un breve período por varias razones, entre ellas: la insuficiente preparación de los docentes para aplicar metodologías científicas en la interpretación del pensamiento martiano y revelar que su esencia revolucionaria no entraba en contradicción con el marxismo. El resultado fue que muchos graduados en Historia, Filosofía, etcétera, no conocieron a Martí en su paso por nuestras universidades.

Si una de las conquistas de la Educación habían sido los Seminarios de Estudios Martianos, estos se redujeron considerablemente. En la Universidad de La Habana., gracias a la labor de Gonzalo de Quesada y Miranda, se mantuvieron. En 1972 se inicia un nuevo movimiento, dado a que en el Congreso Nacional de Educación y Cultura, realizado el año anterior, se acordó rescatar esta tradición en toda Cuba. El impulso mayor lo recibieron a partir del II Congreso de la FEU,  donde asumen un nuevo contenido y son denominados Seminario Juvenil de Estudios Martianos, un movimiento dirigido por la Unión de Jóvenes Comunistas para estimular el estudio y la investigación martiana de forma masiva.

A mediados de la década del 70 se crean universidades en las 14 provincias y en algunos municipios, lo que posibilita la incorporación masiva de los jóvenes a los estudios universitarios y que dichas universidades se dedicaran a la formación de profesionales en correspondencia con las necesidades de los territorios y las comunidades.

En la década del ochenta se inicia un movimiento de rescate de la educación martiana en todo el país, en las universidades se reorganizan y crean cátedras martianas en correspondencia con las exigencias de los nuevos tiempos. Aparecen en este orden las primeras en el Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona, Centro Universitario Hermanos Saíz de Pinar del Río, se revitaliza en la Universidad de La Habana y en la Universidad Central de Las Villas.

Al crearse la Sociedad Cultural José Martí, el 20 de octubre de 1995, anexa al Consejo de Estado y dirigida por el doctor Armando Hart Dávalos, como parte de la estrategia prevista para la educación del ideario martiano en la vida socio-cultural del país y la promoción a escala mundial, se contempla también la elaboración de programas en el ámbito de los diferentes organismos e instituciones, donde le correspondió al Ministerio de Educación Superior la proyección de este trabajo en las universidades, estableciéndose cuatro líneas fundamentales: docencia, superación, investigación y extensión universitaria.

La campaña realizada por Cintio Vitier con vista a impulsar la educación martiana en todos los niveles y la creación  del cuaderno “Martí en la universidad”, propicia la  realización de  acciones  para garantizar la educación martiana a través del trabajo con los textos martianos.

Con el nuevo siglo se da un proceso de profundización de la política de universalización de la Educación Superior en Cuba que lleva en sí los criterios pedagógicos, culturales y políticos de José Martí. La creación  de nuevas sedes y aulas universitarias en todos los municipios del país para garantizar continuidad de estudios (acceso, retención y graduación) de los egresados de los programas sociales, permitió que miles de jóvenes puedan contar con más oportunidades  para estudiar una carrera universitaria en su propia localidad, sin abandonar su puesto de trabajo o teniendo el estudio como empleo.

Este modelo pedagógico, martiano por esencia al defender la universidad nueva, tiene entre sus características ser flexible, estructurado, centrado en el estudiante, con actividades presenciales sistemáticas, asegura el reforzamiento positivo y mide la eficiencia a partir del progreso individual. Con condiciones para que cada estudiante avance ordenadamente, sin límites de tiempo para terminar sus estudios al ritmo que las circunstancias laborales y personales se lo permitan.

Los profesores son profesionales de la localidad que contribuyen a la formación de sus vecinos, a la vez que se ven estimulados a incrementar su preparación técnica y pedagógica, para lo cual se han organizado sistemas de cursos, maestrías y doctorados.

En estas universidades se crean condiciones para que personas de la tercera edad puedan realizar estudios, así también existen experiencias con reclusos para los que se han establecido aulas dentro de los centros penitenciarios y allí pueden estudiar una carrera universitaria o ser profesores de sus compañeros.

El proyecto de la universidad cubana actual se convierte en uno de los programas más importantes de la Revolución, sus resultados se ven por los cambios en las dinámicas de las comunidades al dar nuevas posibilidades y sentido de vida para todas las personas.

La universalización de la Educación Superior en Cuba ha tenido una gran aceptación en la población porque  el modelo  revela su esencia martiana al tener como rasgos:

- Universidad científica, tecnológica y humanista.

- Formación sobre la base del amplio perfil, con dos ideas rectoras fundamentales:

Unidad entre la educación y la instrucción.

Vinculación del estudio con el trabajo.

- Amplia cobertura de las necesidades de la educación de postgrado.

- Investigación e innovación tecnológica como elementos consustanciales de todo el quehacer  universitario.

- Vinculación con las comunidades y sus instituciones.

- Presente en todo el territorio nacional.

Con la creación de las Sedes Universitarias Municipales no solo se materializan los ideales de José Martí sobre la educación, allí también se realiza un importante movimiento martiano rectorado por las cátedras, con lo que se defiende la meta de mantener vivo en la conciencia universitaria los ideales del Apóstol, para:

Garantizar la libertad humana, -dejar a los espíritus su frescura genuina, - no desfigurar con el resultado de ajenos prejuicios las naturalezas (puras y) vírgenes, - ponerlas en aptitud de tomar por sí lo útil, sin ofuscarlas, ni impelerlas por una vía marcada- he ahí el único modo de poblar la tierra de una generación vigorosa y creadora que le falta [...] Urge libertar a los hombres de la tiranía, de la convención, que tuerce sus sentimientos, precipita sus sentidos y sobrecarga su inteligencia con un caudal pernicioso, ajeno, frío y falso.- Este es uno de esos problemas misteriosos que ha de resolver la ciencia humana-.[4]



[1] José Martí: “La Escuela de Mecánica”. La América, Nueva York, septiembre de 1883. O. C., t. 8, p. 279.

[2] José Martí: “Bronson Alcott. El Platoniano”. O. C., t. 13, p. 189.

[3] "Las Cátedras Martianas en la Educación Superior: Una experiencia renovada". Patria. Cuaderno de la Cátedra Martiana de la Universidad de La Habana. Año 1 número 1, enero de 1988, p. 24.

[4] Martí, J: Libros. O. C., t. 18, p. 290.

 

EUGENIO MARÍA DE HOSTOS: CIUDADANO DE AMÉRICA

Dr. C. Alberto Velázquez López

Dra. C. Ada Bertha Frómeta Fernández

 (Escrito por el centenario de la muerte del gran puertorriqueño)

El año 2003 es un año de fechas significativas, y una de ellas es este 11 de agosto, en que se cumple el centenario de la muerte de Eugenio María de Hostos: ilustre puertorriqueño, sociólogo, literato, historiador, geógrafo, pedagogo y político de pensamiento y acción boricua. Destacado patriota, sabio y maestro.

Nace el 11 de enero de 1839 en Mayagüez, de ascendencia materna dominicana y por la paternal cubana. Su abuelo, don Juan José Ostos -y quien le agregó la hache al apellido-, nació en Camagüey. Su padre, Eugenio, en Puerto Rico donde llegó a ser escribano Real y secretario de la Reina Doña Isabel II.

Del apóstol boricua, en el artículo titulado “Catecismo democrático” aparecido en 1876, en México, Martí dijo:

“Eugenio María de Hostos es una hermosa inteligencia puertorriqueña cuya enérgica palabra vibró rayos contra los abusos del coloniaje, en cortes españolas, y cuya lección sólida y profunda anima hoy las columnas de los periódicos de Cuba libre y Sur América que se publican en Nueva York”.

A edad de  24 años, en 1863, Hostos publica su primera gran obra literaria La peregrinación de Bayoán, en la que expone su clara identidad antillana, pues narra la historia del luchador boricua Bayoán, la cubana Marién y el dominicano Guarionex. Son estas tres islas la diana de su concierto poético y político. Después publicará numerosos artículos y tratados de varias ramas del saber, de gran importancia son sus trabajos pedagógicos.

El eminente boricua estudia Derecho en Madrid y allí establece fuertes lazos con los liberales que luchaban por derrotar la monarquía y establecer la república. Aquí conoce al krausismo por sus principales divulgadores, corriente de pensamiento que va a tener una gran influencia en su formación filosófica, ética y política, pero al igual que Martí, comprende que los republicanos españoles no abogarían por la independencia de sus colonias. En 1869, al romper con ellos y emigra a los Estados Unidos.

En la ciudad de Nueva York hace causa común con los independentistas cubanos, comienza a destacarse por su oratoria, prosa y concepciones acerca del proceso revolucionario. También se enfrenta a las tendencias anexionistas, lo que queda expresado en carta de 1870 a Enrique Piñeyro y Miguel Aldama, respectivamente director del periódico La Revolución y presidente de la Junta Cubana en Nueva York. En carta del 27 de abril del propio año y dirigida al Señor Director del Diario Cubano, proclama la necesidad “de cura de dos vicios que ha inoculado en nuestra raza el despotismo. Del primero, producto necesario de aquel funesto principio de autoridad que, además de nuestra libertad, ahogaba en nosotros la dignidad humana, se origina la falsa idea de libertad. Del segundo, engendro maldito del gobierno personal, se produce aquella costumbre de encomendar a otros lo que debemos hacer por nosotros mismos. El primero engendra anarquía; el segundo procrea dictadores hay un ídolo de la multitud, que la esclaviza; y en donde quiera que hay idolatría política, hay un estado latente o patente de anarquía. La sociedad que padece de esos males, no es libre.”

Al detenernos en este texto podemos apreciar la magnitud de su pensamiento y no es difícil comprender por qué se le llame a Hostos el gran maestro de la conciencia latinoamericana.

Su participación en el proceso revolucionario cubano se da desde su estancia en España, al conocer del Grito de Yara, y se mantendrá atento durante toda su vida. Se convertirá en un actor importante a favor de la independencia de Cuba y participa en 1875 en un intento de desembarco organizado por el General Francisco Vicente Aguilera. En carta fechada el 28 de mayo  le dice al General: “Estaba tan decidido a acompañarlo otra vez, que, hasta mis pesares de familia me inducía comprender (…) corrí a casa de nuestro buen Govantes a saber cuándo sucederá entonces. Como mi propósito, en tanto lo referente a nuestras dos antillas, ha sido siempre proceder con la más completa abnegación.”

En 1876, del 31 de octubre al 24 de noviembre, en La Voz de la Patria, semanario neoyorquino de la emigración cubana publica una serie de artículos conocidos como Programa de los independientes, proyecto histórico para la emancipación de las Antillas, documento que se tiene en cuenta para la fundación del Partido Revolucionario Cubano y su contenido está en el Manifiesto de Montecristi, al aspirarse a un régimen político de democracia representativa y de defensa de los derechos de todos los individuos y grupos sociales.

Bolívar para él, es el símbolo mayor de América, siguiendo su pensamiento se plantea la aspiración de crear una Confederación de las Antillas. Pues, al igual que Martí fue inconforme con el nivel de independencia alcanzada en América Latina y cree en que las Antillas están llamadas a garantizar el equilibrio regional y mundial, ello es  para: “que América complete la civilización, sirviendo a estas dos ideas: unidad de la libertad para la federación de las naciones, unidad de las razas para la fusión de todas ellas.”   

El 9 de julio de 1887 se casa con la cubana Belinda Ayala Quintana, hija de médico independentista radicado en Caracas. Los padres de ella se oponen al matrimonio debido a que en ese momento la joven sólo tenía catorce años y él treinta y ocho. Con ella tuvo seis hijos, cuatro de ellos nacieron en Santo Domingo y  los otros en Chile.

Vive en República Dominicana tres etapas, de 1875-1876, 1879-1880 y 1900-1903 en que muere. Por esta isla sintió gran amor, aquí fue director de la Escuela Normal y profesor de Derecho y Economía Política en el Instituto Profesional.

Las concepciones educativas de Hostos, hacen que sea considerado como uno de los más eminentes maestros de Latinoamérica, fundamentalmente como historiador y filósofo de la educación. Es muy reconocido por la aplicación de métodos novedosos y su defensa de que la escuela debe desempeñar nuevas funciones sociales, alejada de todo dogma, fundamentalmente religioso. El Estado debe encargarse de la educación pública, la escuela ha de educar una nueva moralidad, basada en la razón. Plantea la necesidad de “formar hombres en toda la excelsa plenitud de la naturaleza humana”, con el propósito de lograr una patria entera. Su pensamiento educacional se fundamenta en alcanzar el equilibrio entre intelecto, corazón y voluntad. Ve a la familia como pilar de la estructura social y la igualdad intelectual de los sexos, se opone al castigo. Dicho proyecto educacional se corresponde con sus ideales independentistas, pues para él la educación debe ser patriótica, para la toma de conciencia basada en ideales de justicia y libertad.

En Argentina propicia la construcción del ferrocarril Trasandino; la primera locomotora que cruzó los Andes se le llama Hostos en su honor.

Vive en Chile de 1889-98 donde tiene una vida muy activa en lo político, educacional y cultural.  Fue director del Liceo de Chillán y del Liceo de Amunástegui de Santiago. Aquí conoce del nuevo estallido revolucionario de 1895 en Cuba. En carta a Gregorio Luperón, del 16 de noviembre le expresa:

“Ha sonado la hora de un movimiento general, y es necesario, o secundarlo, o producirlo a fin: primero, de libertar a Santo Domingo e independizar a Cuba y Puerto Rico; segundo, de combatir la influencia anexionista; tercero, de propagar la idea de la Confederación de las Antillas”.

El desarrollo de la guerra lo ve con recelo. En carta a Francisco Sellén del 12 de julio de 1896, le expresa: “A todos y a todo conviene que el noble Archipiélago, haciéndose digno de su destino, sea el fiel de la balanza: ni norte ni sudamericanos, antillanos: ésa nuestra divisa, y sea ése el propósito de nuestra lucha, tanto de la de hoy por la independencia, cuanto la de mañana por la libertad”.

Ante la explosión del buque de guerra Maine, el 15 de febrero de 1898, dadas las tendencias de aceptar la intervención norteamericana en la guerra, Hostos alerta del peligro que significa para los planes liberadores antillanos, -días en que es designado representante de las organizaciones chilenas, peruanas, colombianas y venezolanas que promovían la independencia de Cuba y Puerto Rico-.

Una vez que ha estallado la guerra hispano-cubano-norteamericana, viaja para Venezuela, visita la familia de la esposa y va hacia Estados Unidos con fines revolucionarios. Allí sufre su gran frustración, dado el desarrollo de los acontecimientos. A su esposa le dice en carta del 27 de julio de 1898:

“ha sido deber mío el no ir, como pensé en la expedición militar que está mandando a Puerto Rico este Gobierno. Yo hubiera ido como asesor o consejero del General en Jefe, que será también el Gobernador militar de la Isla, una vez conquistada; pero, en primer lugar, hubiera ido para aconsejar a los puertorriqueños que recibieran como libertadores a los norteamericanos, y a estos que recibieran la independencia de Puerto Rico; en segundo lugar, habría ido con el inviolable carácter de patriota, no con el un agente o guía del gobierno y del jefe americano”. Y continúa: “el gobierno americano está poco dispuesto a considerar como amigos suyos a los que poníamos por condición de nuestros servicios la dignidad del pueblo puertorriqueño y la nuestra propia”.

Eugenio María de Hostos y José Martí, a pesar de ser contemporáneos, solo se conocieron por sus textos, pero tienen como coincidencias su amor por la humanidad, su independentismo y antiimperialismo: consecuentes hasta sus muertes. Llegan a ser las personalidades más eminentes de las Antillas en el siglo XIX.

Hostos, muere en República Dominicana, el 11 de agosto de 1903, de muerte natural, pero con el dolor de ver a su “Isla Madre” ocupada por los norteamericanos: peligro que tantas veces alertó.


IMPACTO DE LA CÁTEDRA MARTIANA EN LA LABOR EXTENSIONISTA DEL CENTRO UNIVERSITARIO DE LAS TUNAS

Dra. C. Ada Bertha Frómeta Fernández

Dr. C. Alberto Velázquez López.

(Publicado en Universidad 2008, Ciudad de La Habana. ISBN 978-959-16-0575-7)

 

La educación martiana ha sido una de las aspiraciones más importantes del pueblo cubano, al existir una tradición que ha estado en relación con todo el acontecer político y cultural de nuestro país. Muestra de ello lo constituye el movimiento de reformas universitarias en América Latina, permite a Julio Antonio Mella (1903-1929) desarrollar en 1923 el Congreso Universitario, en él llama al estudio de la vida y obra del Apóstol, a una campaña de alfabetización, y se crea la Universidad Popular José Martí, siendo el mayor tributo de la juventud para el hombre que había proyectado la nueva universidad latinoamericana.

Como consecuencia del fracaso de la Revolución del 33 y por el papel que desempeñan la intelectualidad y los sectores más cultos y progresistas de la sociedad cubana, entre ellos los estudiantes, se desarrolla todo un movimiento de divulgación del ideario del Maestro, donde la Universidad pasa a ocupar un papel protagónico como fragua de patriotas. No sólo aporta líderes revolucionarios, martianos por esencia, sino que también utiliza medios como la radio para divulgar, entre otros temas, el ideario del Apóstol por medio de la transmisión de los programas de "La Universidad del Aire", que ocupa un loable lugar dentro de la sociedad cubana de la época, desprovista de instituciones culturales y que continuaba siendo eminentemente analfabeta.

En la Universidad de La Habana, en el Anfiteatro "Enrique José Varona", perteneciente a la Facultad de Filosofía y Letras, se inauguró, el Seminario Martiano el 17 de noviembre de 1941, con el propósito de divulgar y promover un culto consciente al Apóstol. Entre los que entonces apoyaron la iniciativa y prestigiaron el inicio del primer curso, estaban hombres de la talla de Raúl Roa y Juan Miguel Dihigo.

El Seminario, dirigido por Gonzalo de Quesada y Miranda, alcanzó cada vez mayor amplitud. Reconocido oficialmente por la Facultad de Filosofía y Letras el 11 de octubre de 1946, se ofrecían a través de programas teórico-prácticos, cursos para mayores de 17 años y para diferentes niveles de enseñanza. Hubo carreras como Periodismo y Filosofía que exigían a sus estudiantes cursar el Seminario de forma obligatoria pero como lo que hoy llamamos cursos facultativos. Reglamento que desapareció con la reforma Universitaria de 1962.

Ya en 1944 se había constituido la Asociación de Antiguos Alumnos del Seminario Martiano, que encaminó su labor a la divulgación del pensamiento de José Martí y en el desarrollo de una notoria labor en la vida socio cultural y política, ejemplo de ello fueron las luchas contra las selectas y místicas Cenas Martianas, las agotadoras Paradas Martianas de los 28 de enero, así como la celebración del 4 de abril como el día del preso. Fue iniciativa de ellos la colocación del busto de Martí en el Pico Turquino.

En 1947, en la ciudad de Santiago de Cuba se creó la Universidad de Oriente cuyo lema central lo constituyó el principio martiano "Ciencia y conciencia" que de hecho constituyó en un compromiso para la educación martiana.

El 27 de enero de 1950 se inauguraba en la histórica Aula Magna la Cátedra Martiana en la Universidad de La Habana que entre sus objetivos tenía: "[...] mantener siempre viva ante la conciencia universitaria y la patria la vida y obra del Apóstol [...] además, […] presentar valorativamente algún aspecto particular del rico y gigantesco espíritu martiano."(6)

La creación de la Cátedra estuvo influenciada por diversos factores internos, a los que ya en parte hemos hecho referencia y también a factores externos, entre ellos, el auge alcanzado por los movimientos progresistas después de finalizada la II Guerra Mundial, así como la convocatoria al Tercer Congreso Inter-Americano de Filosofía, que se realizaría en 1953 en La Habana, y que se denominó Congreso José Martí. Por otra parte también hay que tener en cuenta que ya en esta fecha existían Cátedras José Martí en algunas universidades latinoamericanas, como en Panamá y Argentina.

El 28 de enero de 1952, se inauguró en los terrenos donde se encontraban los restos de la antigua Cantera de San Lázaro, el Museo José Martí y que se le dio el nombre de Fragua Martiana como iniciativa de la Asociación de Antiguos Alumnos del Seminario Martiano y que a la vez eran los propietarios del lugar. El triunfar la Revolución pasó a formar parte del patrimonio de la Universidad de La Habana.

En la docencia universitaria no nos encontramos con la existencia de un programa para la enseñanza del ideario martiano como una asignatura; pero sí era tratado como parte de los contenidos en Historia y Literatura. En la primera, como un hecho histórico y no en toda su magnitud, y en la literatura, por su estilo o como poeta, aspectos muy reducidos que no permitían valorar la magnitud al ideario de José Martí. De hecho, donde se lograba mayor amplitud y profundidad en los estudios y debates era en el trabajo de la Cátedra Martiana y en los Seminarios. También hay que tener presente, cómo muchos de los estudiosos del Apóstol y que ejercieron la docencia, no formaban parte de lo más radical de la sociedad cubana de la época.

El Asalto al Cuartel Moncada estableció el carácter esencial de esta etapa; sus participantes proclamaron no dejar morir al Apóstol en el año de su centenario. El alegato La Historia me Absolverá constituyó el documento más martiano que se escribió durante toda la neocolonia. Fidel recurrió en varias ocasiones al legado del Apóstol, pero, a la vez, la interpretación que hizo de la realidad cubana y mundial y, sobre todo, la solución que propuso al problema nacional está basada en este ideario.

Con el triunfo de la Revolución cubana el Primero de enero de 1959, la divulgación, estudio y realización de los ideales del Maestro, asumen una nueva dirección. Está en el programa de la Revolución materializar las aspiraciones del Apóstol y desarrollarlas en correspondencia con las necesidades y posibilidades del momento. De aquí que el rasgo distintivo de esta etapa sea la sistematización del ideario del Maestro en la realización concreta de cada tarea revolucionaria.

A partir de 1960 en nuestras universidades se introduce, en los programas, el estudio del ideario de José Martí; pero no como una asignatura, sino dentro de las ciencias sociales, fundamentalmente en Historia e Historia de la Pedagogía, en el caso de esta última que anteriormente solo se estudiaba en las escuelas normalistas de maestros.

Si una de las conquistas de la Educación habían sido los Seminarios de Estudios Martianos, estos se redujeron considerablemente, en la Universidad de La Habana gracias a la labor de Gonzalo de Quesada y Miranda se mantuvieron. En 1972 se inicia un nuevo movimiento, gracias a que en el Congreso Nacional de Educación y Cultura, realizado el año anterior, se acordó rescatar esta tradición en toda Cuba. El impulso mayor lo recibieron a partir del II Congreso de la FEU. Se hace necesario aclarar que asumen un nuevo contenido y son denominados Seminario Juvenil de Estudios Martianos. Un importante movimiento dirigido por la Unión de Jóvenes Comunistas que estimuló el estudio y la investigación martiana de forma masiva.

A partir de la década del ochenta se inicia todo un movimiento de rescate de la educación martiana en todo el país y en las universidades comienzan a reorganizarse y crearse Cátedras Martianas en correspondencia con las exigencias de los nuevos tiempos. Aparecen en este orden las primeras cátedras, las del Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona, Centro Universitario Hermanos Saíz de Pinar del Río, La de la Universidad de La Habana y de la Universidad Central de Las Villas.

La campaña iniciada por el Dr. Cintio Vitier con vista a impulsar la educación martiana en todos los niveles, en la educación superior se ha enfrentado con amor dicho labor, al instrumentar la aplicación del cuaderno martiano “Martí en la universidad” con dedicación y las acciones concretas que garantizan en cada centro su instrumentación correcta.

Al crearse la Sociedad Cultural José Martí, el 20 de octubre de 1995, anexa al Consejo de Estado y dirigida por el Dr. Armando Hart Dávalos, como parte de la estrategia prevista para la educación del ideario martiano en la vida socio-cultural del país y la promoción a escala mundial, contempla también la elaboración de programas en el ámbito de los diferentes organismos e instituciones, donde el Ministerio de Educación Superior encargó a la Dirección Nacional de Marxismo-leninismo, la proyección de este trabajo para nuestro ministerio, estableciéndose cuatro líneas fundamentales: docencia, superación, investigación y la extensión universitaria con su correspondiente documento elaborado por dicho ministerio.

El Centro Universitario de Las Tunas se insertó en este proceso de educación martiana a través del perfeccionamiento de las disciplinas de Marxismo-leninismo, dando respuesta a la línea referente a la introducción de pensamiento cubano en las asignaturas.

La Cátedra Martiana se funda en 1992 y ha dirigido su labor a la formación de valores en los educandos.

Para un mejor desempeño de las actividades de la cátedra se da cumplimiento a la estrategia de trabajo basada en tres direcciones fundamentales: Docencia,  Superación,  Investigación y Extensión Universitaria. La aplicación consecuente de la misma ha permitido alcanzar resultados significativos.

En el curso 1997 -1998 el Ministerio de Educación Superior orientó la aplicación del Programa Martiano, siendo la Dirección de Marxismo Leninismo la responsable de llevar a efecto la organización y control de dicha tarea. Nuestro centro tomó en consideraciones las indicaciones del organismo superior, además de tener en cuenta las características de la institución y la experiencia ya acumulada en esta dirección, estructuró el programa, siendo la Cátedra Martiana la máxima responsable de cumplir con la tarea.

El trabajo esta dirigido a lograr la presencia martiana en todo el acontecer universitario, en la formación de valores, utilizando la metodología que aporta el Apóstol para el análisis de la historia y la labor político-ideológica para el cultivo del patriotismo y el amor por el saber y la cultura. En de gran interés profundizar en la influencia de José Martí en el pensamiento y la obra de los más grandes revolucionarios cubanos y se comprenda  el sentido de equilibrio y unidad que nos legó como elemento esencial para mantener la independencia nacional y el socialismo en Cuba.

Las direcciones principales en que se enmarca el trabajo son:

I-                    Docencia:

Objetivos:

  • Ampliar la introducción del pensamiento martiano en las diferentes disciplinas de las carreras.
  • Incorporar en las asignaturas el tratamiento de contenidos martianos.
  • Propiciar la realización de trabajos investigativos que lleven a la ampliación de los conocimientos sobre la vida, obra y pensamiento de José Martí.

II Superación.

  • Impartir cursos de superación  sobre el pensamiento martiano y la cultura cubana a los profesionales e investigadores del centro y el territorio. 
  • Desarrollar cursos facultativos para los estudiantes.
  • Vincular a los estudiantes en la promoción de los resultados de las  investigaciones realizadas por el Grupo Científico Martiano de la universidad.

III - Investigación

  • Incrementar la participación de los estudiantes al grupo de investigación martiana.
  • Establecer convenios de trabajo con especialistas y centros de investigaciones del país y el exterior.
  • Proyección de eventos científicos sobre temas martianos.
  • Participación de los estudiantes y profesores en los eventos científicos a desarrollarse en el Centro y otras universidades e instituciones de.
  • Promover proyectos que propicien la colaboración extranjera.
  • Continuar los estudios investigativos sobre el pensamiento y obra del José Martí, según perfil de cada carrera.
  • Propiciar la realización de tesis de maestrías y doctorados.

IV- Extensión Universitaria.

  • Desarrollo de charlas, conferencias en el centro e instituciones del territorio.
  • Asesoramiento a instituciones que trabajan o proyectan investigaciones relacionadas con el ideario martiano.
  • Asesoramiento al Movimiento Juvenil Martiano. 
  • Incrementar los fondos de la Sala Martiana a través de actividades de promoción de donaciones.
  • Desarrollo del concurso infantil "Mi amigo Martí" cada 28 de enero.
  • Recorridos históricos a otras ciudades y a Dos Ríos, con la participación de estudiantes y profesores.
  • Divulgación del trabajo de la cátedra a través de los medios de comunicación.
  • Publicación de la Revista Homagno.
  • Participar en eventos científicos.

V - Sociedad Cultural José Martí.

  • Propiciar la participación de profesores y estudiantes en las actividades que se convoquen por la Sociedad.
  • Participar en la Junta Directiva de la SCJM de la provincia.
  • Establecimiento de relaciones de intercambio con otras provincias e instituciones culturales y solidarias con Cuba. 

Las acciones a la que tributa en lo curricular son:

  • Consolidar la estrategia de formación de valores en las carreras desde la instrucción.
  • Consolidar estrategia curricular de Pensamiento e Historia de Cuba.
  • Elevar calidad de las asignaturas que tributan directamente a la formación político-ideológica de los estudiantes y la  preparación para la defensa de la patria.

El accionar de la cátedra se desarrolla desde lo educativo y lo instructivo a través de  los espacios de reflexión y debate, proyecto educativo y la Residencia Estudiantil.

 El proyecto de la cátedra da respuesta a la necesidad manifiesta de incrementar la promoción y educación del pensamiento de José Martí en la vida sociocultural y científica en la provincia de Las Tunas, con vista a elevar la cultura y educación de la población en general.

Los principales resultados se enmarcan:

Las investigaciones realizadas por los investigadores del Centro Universitario de Las Tunas han derivado la defensa de dos tesis de doctorado en Ciencias Filosóficas, tres tesis de maestría, una tesis en la especialidad de Asesoría Jurídica y actualmente  se trabajo en dos tesis de dotorado. Son varias las aristas de pensamiento martiano que se investigan, entre ellas los aspectos filosóficos, psicológicos, de comunicación, históricos, pedagógicos, políticos, económicos, éticos y estéticos, las ciencias pecuarias y agrícolas, así como de trabajo comunitario.

Los resultados investigativos se avalan con 8 premios CITMA territorial. Los resultados investigativos se han divulgado por miembros de la cátedra en países como Venezuela, Costa Rica y México.

Las  publicaciones científicas: artículos y folletos sobre el pensamiento martiano y latinoamericano son significativos: cuatro libros publicados y dos monografías, además de numerosos artículos en revistas de México, Canadá, Argentina, Costa Rica, Inglaterra, entre otros.

 La promoción y divulgación de los resultados investigativos y las experiencias pedagógicas de avanzada se ha realizado a través de programas radiales y televisivos. La cátedra tiene su propia revista electrónica “Homagno”, que divulga el quehacer científico de los investigadores de la universidad y el país. A todo ello se añaden otras investigaciones realizadas a través de trabajos de diplomas, se imparten diplomados que abordan la temática martiana.

La participación en  proyectos comunitario en los poblados de Villa Nueva, Alturas de Buena Vista y en el municipio de Majibacoa donde se han incorporado la dimensión martiana a través de exposiciones, concursos, conversatorios y actividades culturales.

Acciones dirigidas a perfeccionar el trabajo con el Programa Martiano que realizan varias organizaciones e instituciones del territorio como la Delegación del CITMA, Poder Popular, Ministerio de Cultura, Ministerio de Educación, Ministerio de Educación Superior y la Central de Trabajadores de Cuba.

Realización de encuentros martianos en el Centro Universitario de Las Tunas donde han participado especialistas e investigadores del país, en especial de la región oriental en los que se han podido mancomunar esfuerzos con vista a llevar a un proyecto de promoción y divulgación martiana terrritorial.

En la superación se han impartido diplomados y cursos de superación profesional, en las temáticas de pensamiento latinoamericano, historia de la educación martiana en Cuba, introducción del pensamiento martiano en las diferentes carreras universitarias, la formación de valores éticos, estéticos y políticos, metodología del uso de los Cuadernos Martianos y La educación medio ambiental en la obra mariana.

Realización de actividades teórico-culturales comunitarias con niños, jóvenes y demás pobladores de las zonas rurales y urbanas. Obtención de bibliografías y materiales fílmicos y en vídeo para la labor divulgativa, educadora y científica. La realización del concurso infantil “Mi amigo Martí” con la participación masiva de niños del territorio y de las provincias vecinas.

La ejecución de recorridos por lugares históricos, el más importante es el que realiza todos los 19 de mayo al obelisco de Dos Ríos con la participación de estudiantes, trabajadores y miembros de la comunidad.

En todas las Sedes Universitarias Municipales se han creado Cátedras Martianas con nuestra asesoría, lo que ha permitido la organización y superación del movimiento martiano en la provincia a partir del 2001.

Múltiples son las actividades culturales realizadas a través de peñas, recitales martianos, galas culturales, intercambios con Brigadas de Solidaridad con Cuba, así como el trabajo sistemático con escuelas, bibliotecas, instituciones culturales, todo lo cual caracteriza el quehacer de la cátedra.

A la  Cátedra Martiana y sus miembros se le han otorgado varios reconocimientos por la UNEAC, Dirección de Educación, Biblioteca Provincial José Martí y  por la Sociedad Cultural José Martí el reconocimiento “Honrar honra” en el  año 2007.  A la presidencia se le otorgó por el Ministerio de Educación Superior el Sello por la Extensión Universitaria. 

El trabajo de los investigadores tiene pertinencia nacional e internacional, reconocido por el Ministerio de Educación Superior de Cuba y el Ministerio Ciencia y  Medioambiente.

Proyección del trabajo de la cátedra:

  1. Curso de formación de multiplicadores de la promoción y divulgación martiana.
  2. Elaboración del Programa de Promoción y Divulgación Martiana para la provincia.

Se aspira a conformar un centro de estudios sobre el ideario martiano y del pensamiento cubano y latinoamericano en la provincia, cuestión de gran importancia por encontrarnos distantes de la capital. Con ello se propiciará el  empleo coordinado del potencial científico y material del territorio.

El trabajo realizado por la Cátedra Martiana del Centro Universitario durante los 15 años de trabajo ha posibilitado aplicar creadoramente una estrategia de trabajo, donde la Universidad constituye el centro de educación, promoción y divulgación ideal del ideario de José Martí a través de las direcciones docentes, investigativas, comunitarias y de postgrado.

BIBLIOGRAFIA

- Castro Ruz, Fidel. La Historia me Absolverá. Edición Anotada. Oficina de Publicaciones del Consejo de Estado, La Habana. 1993.

- Colectivo de autores. Historia de la Educación en Cuba. Editorial Pueblo y Educación, 1989.

- Hart Dávalos, Armando. Del trabajo cultural. Editorial Ciencias Sociales, La Habana. 1994.

- --------- "Discurso 19 de mayo de 1975". Historia de la Revolución Cubana. Editora Política, La Habana. 1980.

- "Las Cátedras Martianas en la Educación Superior". Ponencia presentada por la Cátedra Martiana de la Universidad de La Habana al Encuentro de Cátedras Martianas de la Educación Superior. Universidad de La Habana. Enero 27 y 28 de 1987. Patria. Cuaderno de la Cátedra Martiana de la Universidad de La Habana. Año I, Número 1: 1995.

-  Memoria de la inauguración de la Cátedra y Biblioteca José Martí. Instituto de Segunda Enseñanza de Pinar del Río. Pinar del Río. 1942.

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